Sí, sí habéis leído bien el titular: cada seis semanas, habrá un nuevo Chrome estable que implementará las novedades más recientes. Parece ser que ahora vamos a tener que esperar menos de lo que se podríamos suponer en un principio. O que cambien las cosas.
Básicamente, de lo que se trata es que en lugar de tener versiones muy espaciadas en el tiempo con muchos cambios, lo que vamos a tener son versiones más cercanas entre sí pero con menos características nuevas. Según dicen en su post, este ritmo será “bajo condiciones ideales”. Vamos, que si hay algún descalabro (como un bug salido de madre), el tiempo puede variar